La hidrocefalia es una condición médica en la cual el exceso de líquido cefalorraquídeo (LCR) se acumula en el cerebro, causando aumento de la presión intracraneal y posiblemente daño cerebral.
Cuando otras opciones de tratamiento no son suficientes para controlar la acumulación de líquido, la Cirugía de la hidrocefalia es la mejor medida para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.
La cirugía de la hidrocefalia proporciona alivio significativo de los síntomas asociados con esta condición, como dolores de cabeza, problemas de visión, cambios en el estado mental y dificultades para caminar. Si experimentas síntomas de hidrocefalia o has sido diagnosticado con esta condición, te recomendamos que pidas una primera cita para evaluar tu caso y ver todas las opciones de tratamiento disponibles.
Hidrocefalia congénita
La cirugía de derivación ventriculoperitoneal (DVP) es adecuada para tratar la hidrocefalia congénita porque
proporciona una manera efectiva de drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo (LCR) del cerebro hacia el abdomen,
aliviando así la presión intracraneal y previniendo el daño cerebral. Esta técnica es especialmente útil en casos de
hidrocefalia congénita, donde el sistema de drenaje natural del LCR está comprometido desde el nacimiento. La DVP
ayuda a mantener un equilibrio adecuado de líquido en el cerebro, lo que puede mejorar los síntomas asociados con la
hidrocefalia congénita y promover un desarrollo cerebral más saludable en el futuro del paciente.
Hidrocefalia adquirida
La cirugía de derivación ventriculoperitoneal (DVP) es una opción adecuada para tratar la hidrocefalia adquirida,
que puede ser secundaria a causas como traumatismo craneal o hemorragia intraventricular, porque proporciona un
método efectivo para drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo, aliviar la presión intracraneal y controlar los
síntomas asociados con esta condición, permitiendo así una mejor calidad de vida para los pacientes afectados
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